Las higueras, aunque de troncos y ramas espectaculares, tienen el inconveniente del gran tamaño de sus hojas que hay que ir reduciendo progresivamente con la poda, el pinzado y el defoliado. Ya en Febrero quité las yemas apicales de esta higuera que os muestro hoy con el objetivo de que desarrollara brotación trasera. Aún así y como puede verse en la foto del árbol antes de defoliarlo, sus hojas eran abundantes, pero en algunos casos de un tamaño excesivo.
|
La higuera antes del defoliado donde se puede ver el tamaño de algunas de sus hojas |
El defoliado consiste en quitar las hojas del árbol con el fin de engañarle, haciéndole parecer que está en una segunda primavera para que vuelva a brotar. Al quitar las hojas es importante que dejemos una parte del peciolo de tal forma que no dañemos las yemas latentes por donde queremos que vuelvan a brotar las hojas.
|
La rama antes de ser defoliada |
|
La misma rama ya defoliada (dejando parte del peciolo) |
Con esta técnica conseguimos a parte de reducir las hojas y que estas se encuentren en un estado excelente para la otoñada, que se genere nueva ramificación y se densifique el árbol. Para esto, una vez que hayamos quitado las hojas, es importante eliminar la yema apical, ya que en caso contrario, la rama en lugar de brotar por las yemas traseras, brotaría por esta yema alargándose la rama
|
Yema apical cortada |
|
Un frente de la higuera totalmente defoliada |
|
El otro posible frente ya defoliado |
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario