Después de un tiempo sin publicar nada, ahora que estoy trabajando mis ficus os dejo un pequeño reportaje sobre uno de ellos.
El árbol que hoy os presento, un ficus retusa, fue uno de los primeros de mi colección y aunque en Madrid cuesta un poco mantener a esta especie, le tengo un especial cariño. Básicamente lo que necesitaba este ficus era transplantarlo, pero aprovechando ya me lancé a defoliarlo parcialmente y a ordenar las ramas con alambre.
|
Así estaba el árbol antes de trabajarlo |
|
El resultado final |
A parte del transplante, del defoliado y del alambrado, he realizado las siguientes correcciones que eran necesarias:
Hace unos años este árbol perdió la rama principal y desde ese momento, aprovechando que prácticamente en el mismo sitio apareció un nuevo brote, estoy tratando de recuperar esa primera rama. Hasta hoy la he dejado crecer libremente y en el trabajo que os describo, lo que he hecho es alambrarla para que vaya posicionándose y ni la he defoliado, ni la he acortado para que crezca con fuerza y adquiera grosor y longitud suficiente. Igualmente le pasaba a la zona trasera del árbol en la que hay muy poca ramificación con lo que aprovechando que si había salido un brote procedí exactamente como con la nueva futura rama.
|
La nueva primera rama |
|
La futura rama trasera |
Últimamente el ápice se había alargado bastante y quedaba un hueco bastante feo a la derecha del árbol. Como el ápice tenía mucha ramificación, lo he alambrado y tumbado hacia la derecha, creando una nueva rama y eligiendo un nuevo ápice.
|
La selección del nuevo ápice |
Por último, la segunda rama salía bastante recta y sin movimiento. Como ya tenía bastante grosor y con alambre iba a ser complicado trabajarla he utilizado una herramienta específica para doblar el tronco y la he bajado con un tensor.
|
Trabajos en la segunda rama |