martes, 23 de septiembre de 2014

No hay mal que por bien no venga

Como indica el título de esta entrada, hoy quiero mostraros uno de esos casos en el que uno de nuestros bonsáis sufre una desgracia y tras esperar un poco y pensar, llegamos a un nuevo diseño que puede servir para salvarlo e incluso para mejorarlo.

El árbol de hoy es un albaricoquero japonés (Prunus mume) que adquirí y que me encantaba porqué era precioso. Aquí os dejo una de las fotos, con flor, momento que empezaba a anunciar el final del invierno.




Cómo no puede ser de otra manera, y nos ocurre a todos en alguna ocasión, el calor del verano y el descuido con algunos riegos lo dejó bastante desmejorado :-( No os cuento la tragedia que supuso este inconveniente en uno de mis árboles favoritos. Sin embargo, y como hago siempre lo seguí cuidando a la espera de que brotara en algún momento. Esa misma temporada nada, y cuando ya lo iba a dar por muerto, la primavera siguiente brotó. Eso sí, el peaje que tuve que pagar fue grande ya que mucha parte del mismo estaba seca (básicamente solo quedaba una rama lateral).



Sin prisas y mirándolo mucho, lo dejé tranquilo con el fin de que se fuera recuperando y por otro lado, que me viniera la inspiración. Y está llegó la semana pasada... corté toda la parte seca, cambié la posición de plantado y si todo sale bien, en un tiempo voy a tener un shohin muy interesante que me va a permitir volver a disfrutar de este pequeño gran árbol. Solo tengo que definir el nuevo frente, pero es parte de otra historia ;-)



Trabajo realizado el 21 de Septiembre de 2014

domingo, 21 de septiembre de 2014

A veces dar un paso atrás es necesario...

Y hoy lo he tenido que poner en práctica. La morera que hoy os presento fue recuperada hace dos años del jardín, y cuando lo hice, sinceramente no se en que estaba pensando, ya que si en su momento hubiera sido valiente, la habría cortado a la altura necesaria para hacer un shohin. El resultado de la recuperación, el palo de escoba que os muestro a continuación...



Y actualmente, como no podía ser de otra manera, el palo había crecido por su parte más alta, afeándolo incluso más, sin ninguna conicidad ni intención de tenerla. Gracias a la madre naturaleza, un pequeño brote había crecido más abajo y tras darle algunas vueltas he decidido convertirlo en el nuevo ápice. Con la sierra y un rato de esfuerzo, le he dado un corte lo más oblicuo posible para que luego pueda disimularse mejor. Así mismo y con una gubia lo he rebajado todo lo posible para que luego al cicatrizar cierre bien la herida.

Así estaba en la actualidad

Y así ha quedado tras el corte. Hay que confiar en el nuevo ápice...

Al sacarlo y transplantarlo me he llevado dos gratas sorpresas. Primero el nebari espectacular, que al acortar el árbol va a ser increíble, y segundo como había enraizado por la parte posterior. Cuando lo saqué había un lado que no tenía ninguna raíz y lo que hice fue aplicarle algunos cortes y echarle hormonas de enraizamiento. El resultado, lo que veis en la imagen siguiente...



Como conclusión, y antes de mostraros el resultado del trabajo, deciros que examinéis bien vuestros árboles y que no tengáis miedo a cortar si lo veis muy claro ya que os puede evitar el perder el tiempo durante algunos años :-) El dejar el tronco muy largo o ramas es algo que suelo ver muy a menudo con árboles que se recuperan del campo, sobre todo por gente como yo con poca experiencia.


Un futuro shohin con mucho poderío!

Trabajo realizado el 21 de Septiembre de 2014